EDUCACIÓN EN VALORES Y DEMOCRACIA
El tema de los valores, sobre todo de la educación en valores morales, ha sido una inquietud permanente de la humanidad; una preocupación del pasado, una demanda exigente del presente y un reto constante del futuro para que los proyectos y aspiraciones de desarrollo personal social y las decisiones que se tomen para ello, no pierdan su sentido primero, que es la realización del hombre y su comunidad.
Sin embargo, entendemos que esta preocupación por la educación en valores, requiere de un sustento práctico que permita trascender del mundo de las ideas, al mundo de las conductas. Los valores por los que optamos, sólo se hacen evidentes en la convivencia, en la forma en que interactuamos, en el encuentro con el otro; desde el espacio micro-social que es la familia, hasta el espacio del ejercicio ciudadano. La democracia como construcción social, es el marco en el que se hacen realidad los valores que aspiramos desarrollar.
Lo que estamos viviendo en el mundo, pero sobre todo en nuestro país, es una fuerte crisis ética cada vez más globalizante, multidimensional, que atraviesa y afecta todas las esferas de nuestra vida pública y privada. Nuestra definición como nación y sociedad que busca vivir en democracia, muestra contradicciones que cuestionan nuestra manera de entender y vivir valores que afirmamos. Lo evidencian los hechos mostrados recientemente en el informe presentado por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, la poca credibilidad en las instituciones, las consecuencias de la corrupción en el ámbito político, y algunos rasgos presentes en la vida escolar como en el núcleo familiar.
Es necesario enfrentar decididamente esta crisis. Creemos que una herramienta fecunda para lograrlo es el campo educativo escolar, donde nos encontramos como personas y como colectivo, desde los inicios de nuestra vida. La sociedad pone su esperanza de vida y de desarrollo en ella. La escuela establece un tejido social de relaciones para la convivencia que permite el crecimiento de las personas. Para desarrollarnos plenamente, todas y todos necesitamos vivir y convivir en armonía, encontrarnos con otros, necesitamos organizarnos para tener un ambiente que nos permita vivir en colaboración al interior de un ambiente democrático. La escuela, que duda cabe, puede y tiene la responsabilidad de contribuir a este propósito.
¿CÓMO EDUCAR EN VALORES Y DEMOCRACIA?
Al haberse declarado la Educación Peruana en “Emergencia Educativa” queremos entender que se trata de una voluntad firme y una decisión política, de impulsar procesos de participación y corresponsabilidad, en la tarea de educar integralmente a todas y todos.
El involucramiento multisectorial y del conjunto de actores sociales, es fundamental para garantizar de manera más sostenida, que la educación de calidad para todas y todos es una utopía más posible que probable.
Tal como se señala en la exposición de la Presidenta del Consejo de Ministros ante el Congreso de la República, en julio pasado, los objetivos a lograrse en el mediano y largo plazo, serían:
- Frenar el deterioro en la calidad de la educación y revertirlo.
- Priorizar la educación básica;
- Enfatizar en la formación continua y actualización de maestros.
- Evaluar y reparar la infraestructura escolar.
- Estas expectativas implican abordar y considerar diversos aspectos para ser logrados.
Estimamos que la calidad de la educación pasa por:
- Identificar los niveles de rendimiento escolar o aprendizajes alcanzados por los estudiantes. Los resultados de las pruebas nacionales e internacionales en las áreas de comunicación, matemática, ciencia y ambiente señalan serias deficiencias en nuestros alumnos y docentes.
- Priorizar el logro de la comunicación. La comprensión lectora es necesaria y urgente y puede alcanzarse sin desdeñar otros aprendizajes.
- El ejercicio de una ciudadanía humana, diferente a la que estamos hoy habituados, o habituándonos, que necesita de una formación ético moral sólida y sostenida en la que todos somos responsables.
- Desarrollar capacidades de comunicación y comprensión lectora con los contenidos explícitos de una educación en valores y en especial de valores morales, teniendo en cuenta los procesos de maduración y desarrollo de los estudiantes.
- Hemos constatado que las relaciones entre los miembros de la organización escolar son fuente importante de formación en valores, de imitación y ejercicio de la práctica democrática. Impactan más en las y los estudiantes lo que viven, perciben con sus sentidos y sobretodo cuando encuentran correspondencia entre el obrar y la palabra. Por ello se hace urgente:
- Una gestión participativa, transparente y ética: esta evidencia nos estaría indicando que tenemos que atender con especial interés las formas de participación y organización que se favorecen en la escuela, cuidar el clima de relaciones entre docentes, directores, alumnos, padres de familia, pues es una fuente principal de conflictos que, en muchos casos, entorpece los procesos de cambio.
Una práctica pedagógica que considera cuatro entradas que la experiencia nos señala:
- Desarrollo de estrategias dentro del aula (hora de OBE-tutoría-hora de reflexión): estrategias dirigidas al autoconocimiento-estrategias dirigidas al autocontrol-estrategias dirigidas al desarrollo de la socialización-estrategias dirigidas a la comprensión y transformación de la realidad.